Basílica Arciprestal de la Asunción de Ntra. Sra.

Dedicada a la Asunción de la Virgen, la Parroquia levanta su suntuosa fachada, a la que se accede por una doble escalinata de piedra con antepecho balaustrado con bolas, en la Plaza Mayor.

Magnífico y monumental templo construido durante el siglo XVII. Cuya traza fue elaborada por el arquitecto jesuita p. Pablo Albiniano de Rojas y, las obras dirigidas por Martín de Orinda, maestro ejecutor, continuadas éstas por Pedro Ambuesa (1.634), natural de Lliria, que también trabajó en la iglesia del Monasterio de San Miguel y los Santos Reyes (Valencia), la Parroquia del Carmen de la misma ciudad o la de Ntra. Sra. de los Angeles en Xelva, todas de grandiosas fachadas que guardan cierta semejanza con esta de Lliria, el frontispicio fuerealizado por Tomás Leonart Esteve. Su construcción abarcó de 1.627 a 1676, según consta en una lápida conmemorativa colocada como remate central en el estribo de la escalinata.

La monumental fachada-retablo "gran telón de piedra", supone la incorporación del gran retablo del altar mayor a la fachada y que obedece sobre todo a un propósito decorativo y de exaltación del culto a los santos, de manera que presenta la glorificación de las imágenes; entre manierista y barroca, aún faltándole las proyectadas dos torres laterales, una para el reloj y otra para las campanas (actualmente usa como campanario, el de la primitiva parroquia de Santa María ubicada en la parte más alta de la montaña contigua).

Semeja un gran retablo de piedra, grandioso imafronte organizado en tres cuerpos en forma decreciente respetando la clásica superposición de órdenes muy ricamente decorados por columnas, cornisas, molduras y hornacinas con bellas esculturas de piedra.

La portada de la Parroquia Arciprestal de Llíria, toda ella de sillería, ofrece un aspecto grandioso. Consta de tres cuerpos superpuestos, en el plano inferior el primero formado por un zócalo basamental con cuatro columnas de orden dórico y entablamento, elementos estos que encuadran al centro la portada adintelada, decorada en su arquitrabe con modillones y un relieve, serafines portando un cáliz y la ostia "Alegoría de la Eucaristía" o "Armas del Santísimo" y guirnaldas; a ambos lados en las calles laterales concoidas hornacinas con las pétreas esculturas de cuerpo entero de San Pedro y San Pablo, que simbolizan los pilares de la Iglesia, sin duda las mejores del conjunto, sobrepuestas en la parte superior de otros nichos más pequeños a modo de artísticos templetes con sendos medios cuerpos de los santos mártires San Sebastián y Santa Bárbara, que gozaron de gran devoción popular en L1iria, el primero por su protección contra las pestes y la segunda contra el granizo, tormentas y tempestades.

En el superior, segundo, aparece en el centro, enmarcado por columnas estriadas de orden corintio, de gracioso perfil, sobre zócalo y entablamento con segmentado frontón curvo en el que aparece representado el anagrama de María y dos ángeles que sostienen una corona, en un nicho de labor extraordinariamente compleja y rica, la figura de la Assumpta, con la rodilla derecha doblada sobre una gruesa nube poblada de ángeles en actitud de ascender a los cielos y con los brazos abiertos; en la parte inferior sobresale una de las representaciones del escudo de armas de la Villa. En dos hornacinas, una a cada lado, están las imágenes de San Vicente Ferrer y San Vicente Mártir, a sus pies atributos propios, mitra episcopal y un ave respectivamente.

Culmina esta fachada en un remate edicular que constituye el tercer cuerpo de orden compuesto en donde se alza un nicho o fornícula en el centro, f1anqueada por columnas salomónicas y otras dos estriadas, con frontón curvo que alberga la escultura de San Miguel aplastando al Diablo, de postura un tanto contorsionada y agitado movimiento. En la parte superior se observa un buen trabajo en relieve con la inscripción micaélica QUlS UT DEUS (quien como Dios) y, sobre ella el "Pelícano" con sus polluelos, símbolo de sacrificio o redención de clara significación eucarística.

Completa la decoración de este pórtico un complicadísimo frontón con volutas sobre el cual descansa una gran pirámide, adornos y los clásicos pináculos de variadas formas. Las esculturas con que se adorna todas ellas ejecutadas por Raimundo Capuz y ubicadas en el año 1.700, resultan algo pesadas pero no carecen de gracia y movimiento.

El interior es magnífico por sus grandiosas proporciones y sus esbeltas pilastras toscanas sobre altos pedestales. Presenta planta rectangular con tres naves abovedadas de medio cañon y lunetos, la central dividida por arcos fajones, vaídas las laterales y, ocho capillas, cuatro a cada lado. Soberbia cúpula con concentración decorativa "esgrafiados" en el amplio crucero sobre alto y luminoso tambor octogonal a través de la cual se producen grandes efectos lumínicos.Las pechinas aparecen ornamentadas con relieves en las que sobresalen el escudo heráldico de Lliria entre barrocos follajes. La ornamentación exterior de la cúpula a base de teja vidriada azul, pináculos de piedra en la línea del perímetro y esbelta linterna con lucernario la asemeja con la del Real Colegio de Corpus Christi o la de San Miguel y los Santos Reyes. Dos artísticas portadas manieristas de piedra realizadas por Rodriga López en el año 1.673, f1anqueadas por columnas corintias y sobrepuestas de hornacinas sirven de acceso a la sacristía y a la Capilla de la Comunión. Recinto éste de planta rectangular, cubierto con cúpula sobre tambor, de estilo y ornamentación barroca. Las paredes están revestidas de mármoles, el presbiterio decorado con pinturas y lienzos de la Santa Cena y el Buen Pastor. Allí se encuentra el mayor tesoro de esta mágnifica Iglesia Arciprestal: Jesús Sacramentado.

La iglesia estuvo decorada suntuosamente con doce retablos de madera tallada y dorada que ya no existen. El presbiterio de planta cuadrada albergó el retablo Mayor según diseño de Tomás Sanchis, que guardaba gran similitud con la fachada retablo, que presidia en el nicho central la imagen de la Asunción entre ángeles y escena del Calvario, talla y grupo escultórico sobre plataforma giratoria al efecto de descubrir una u otro grupo según la festividad.

En el muro de la derecha del mismo, se conserva el sepulcro de mármol blanco rematado con frontón triangular, con el retrato de doña María Teresa de Silva y Palafox, Marquesa de Ariza, en un medallón central esculpido en relieve, lo mismo que la guirnalda que tiene abajo y, dos ángeles a los lados de una cartela con inscripción. Este sepulcro lo labró en Roma D. José Álvarez Cubero y se colocó en este lugar en 1.832.

En el presbiterio hoy se encuentra un rico baldaquino de mármoles de colores que procede de la catedral de Valencia obra de Vicente Traver (1.940) y alberga una imagen de talla policromada de la Asunción de Nuestra Señora, obra de Vicente Bellver. De fondo el gran órgano de tubería que fue de la iglesia de la Compañía de Valencia.

Sus grandes dimensiones lo hacen el tercer templo más grande de toda la Archidiócesis de Valencia, después de la Catedral y de la Colegiata de Játiva.

De sus pasadas riquezas artísticas en pintura como el lienzo de la Purísima dej.j. Espinosa, fechado en el año 1.663 y el de la Asunción o el del Salvador en el Tabernáculo, atribuidos a Ribalta, o el de San Miguel a Castañeda, nada se conserva, salvo un lienzo de buen tamaño que representa a San Blas, óleo de escuela valenciana de finales del siglo XVII. Perdidas las piezas artísticas de orfebrería, ornamentos de sedería o libros miniados que poseía, algunos procedentes de la Cartuja de Porta Coeli, al igual que el magnífico Archivo, solamente se logró recuperar la cruz procesional de plata, obra renaciente del orfebre valenciano jaume Catalá (1.526), la custodia de las llamadas "tipo sol" de plata dorada, la almohada del ajuar de la imagen de la Dormición de la Virgen (finales del siglo XVI) y juego de sacras, que datan todas estas del siglo XVIII.

Uno de los bienes mas preciados de esta parroquia, además del Santísimo Sacramento que se encuentra en la Capilla de la Comunión; es su Comunidad Parroquial o feligresía compuesta por más de siete cofradías, de grupos de catequesis, juniors, coros (juvenil y polifónico) y infinidad grupos parroquiales que viven intensamente su vida de fe.